El grupo de chicos de los Heraldos del Evangelio tuvieron la oportunidad de admirar de cerca muchas de las maravillas que Dios puso en la creación, contemplando la belleza, fuerza, agilidad, y otras cualidades que el Divino Creador quiso reflejar en los seres vivos que habitan la tierra.
La visita al Temaiken, palabra que traducida de uno de los dialectos nacionales significa “Tierra de vida”, fue realmente de mucho provecho para todos los que participamos, pues nos hizo conocer más de cerca la riqueza extraordinaria de la creación y amar por consiguiente al autor.