Torre de Marfil

Turris eburnea – Torre de Marfil

Publicado 2010/06/18
Autor: Gaudium Press
Sección: Espiritualidad

Bogotá (Viernes, 18-06-2010, Gaudium Press) Después del Diluvio, los descendientes de Noé decidieron hacer una gran torre, tan grande como nunca se había visto, una torre que tocara el Cielo. Pero no con el propósito de crear un monumento para dar gloria a Dios, sino con la orgullosa intención de ser famosos y reconocidos por todo el mundo por la magnitud de esta vasta edificación . Por esta razón, narra la Escritura, Dios mismo castigó su orgullo, confundiendo sus lenguas.

Pero la idea de una torre que uniera el Cielo con la tierra, Dios quiso tornarla realidad de una manera muy diferente y con el único propósito de atraer a los hombres hacia Él para comunicarles más fácilmente su Divino Amor: Esa torre se llama María.

Torre.jpgSi consideramos a la Santa Iglesia como el Cuerpo Místico de Nuestro Señor Jesucristo y al propio Cristo como la cabeza del mismo, fácilmente podremos nombrar a la Santísima Virgen como el cuello de este Cuerpo, y podremos de igual manera elogiarla como el esposo elogia a su esposa en el libro del Cantar de los Cantares, tu cuello es como una Torre de Marfil , que une a Cristo con su Iglesia.

Decía el Papa Juan Pablo II que María es el camino más corto y más seguro para llegar hasta Dios y tomando estas palabras se puede decir que María adquiere esa figura del cuello en el cuerpo humano, pues si Cristo es la cabeza de la Iglesia y la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, bien podemos concluir el papel que le toca a María en esta conjunción entre Dios y su Iglesia, entre el Cielo y la tierra, entre la humanidad pecadora y la Divinidad, tanto más porque Ella es la creatura más perfecta y más cercana a Dios en todo el orden de la creación (excluyendo obviamente a nuestro Señor Jesucristo al ser verdaderamente hombre y a la vez verdaderamente Dios).

En tiempos de paz, maravilla el contemplar a tan excelsa Torre ornada con tan grandes dones dados por Dios, puesto que Él no se escogió como madre a una simple mujer, sino a una Virgen en la cual no existió mancha alguna de pecado; a una Reina, Señora de todo el universo; a la bendita entre todas las mujeres. Su Alba Pureza e Inmaculada Concepción representadas en el marfil, pueden contarse como uno de estos altísimos dones con que Dios decidió honrar a su Madre Santísima.

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Torre de Belén, Portugal Foto: Bernt Rostad

En tiempos de guerra, sin dejar su belleza, pasa a la ofensiva defendiendo de los enemigos a todos los que en ella se refugian. A los pies de tan valiente Torre se realiza la más grande e importante batalla que la Humanidad ha visto jamás, entre los hijos de la Luz y los hijos de las tinieblas, entre la descendencia de la Virgen y la descendencia de la Serpiente, cuya enemistad sentenció Dios en el libro del Génesis, diciéndole a la Serpiente después de maldecirla, pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la de ella, ella te aplastará la cabeza mientras tú te abalanzas sobre su talón .

Dice el Santo Job, la vida del hombre en la tierra es un continuo estado de guerra , y en ella debemos luchar para no perecer bajo las fuerzas del mal. ¿Cómo protegernos en ella? ¡Vayamos a la Torre de Marfil! ¿Quién se nos unirá para destruir a un adversario tan poderoso? ¡Pues Aquella de quien dicen que es más terrible que un ejército en orden de batalla ! Y si no tenemos armas, ¿A quién acudiremos? Corramos hacia la Torre de Marfil, pues ¡Mil escudos están suspendidos en ella y toda armadura de los valientes guerreros !

¡Aunque la Santa Iglesia Católica sea atacada por todos lados y de todas maneras, no será abalada en su infalibilidad y pureza porque tiene como bastión contra el enemigo a María Santísima!

Por Guillermo Torres Bauer

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Visita de la Virgen al Geriátrico Vida Plena

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Este sábado 10 de julio la Imagen Peregrina de la Virgen de Fátima visitó a los ancianos del Geriátrico Vida Plena. Fue de mucha alegría para ellos y también para algunas personas de la vecindad,  el poder recibirla. Se rezó el rosario y luego fue dada una pequeña charla por uno de los Heraldos, que habló sobre la importancia de la oración.

Las bendiciones de la Virgen se derramaron con mucha abundancia sobre todos los presentes en un ambiente de mucho fervor, y habiéndose retirado la imagen, la presencia de la Virgen quedó acompañando a los ancianos.

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Un minuto con María – Voluntad Divina

Esta es una producción de Tv Arautos: http://es.tv.arautos.org/

Un minuto con María-San Juan Bautista

Esta es una producción de Tv Arautos: http://es.tv.arautos.org/

Ceremonia del 13 Mayo del 2010

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Heraldos en Argentina - Ceremonia del 13 de mayo

Este 13 de mayo, los Heraldos del Evangelio realizaron una solemne ceremonia en conmemoración del 93º aniversario de la primera aparición de la Virgen en Fátima y del 10º aniversario de la beatificación de los pastorcitos Francisco y Jacinta.

La ceremonia fue realizada en la Iglesia Corpus Christi del Monasterio de las Carmelitas Descalzas que se encuentra en la calle Amenábar 450.

La ceremonia inició a las 19 horas. Con la melodía del “Cantate Domino” tocada por la Banda de los Heraldos entró la corona de la Virgen Peregrina y se procedió al rezo del Santo Rosario. Más de 400 personas elevaron esta plegaria a los Cielos con cantos y velas encendidas.

Después del Rosario, la imagen de la Virgen entraba en cortejo para ser coronada por el Padre Alejandro Russo, celebrante de la Santa Eucaristía, mientras la banda de los Heraldos del Evangelio acompañados por el Prof.Gustavo Meiller interpretaron la música Martial Symphony of Belshazzar de G.F.Handel.

La Santa Misa transcurrió en un ambiente de mucha sacralidad, acompañado por las piadosas voces del coro de las hermanas carmelitas que desde la clausura interpretaron  hermosas melodías. El P. Alejandro nos ilustró con su predica hablando de la actualidad de Fátima y de la necesidad de que los católicos adhieran con entusiasmo a la Iglesia y al Papa.

Al final de la misa los fieles se acercaron llenos de fervor para  venerar la imagen de Nuestra Señora.

Aprovechamos para agradecer a todos los que ayudaron para que esta ceremonia haya transcurrido tan bien. Agradecemos especialmente al P. Alejandro Russo y a las Hermanas Carmelitas, que nos dieron la oportunidad de celebrar a la Virgen de Fátima en este tan conocido Santuario de la Santa Madre Maravillas de Jesús.

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Heraldos en Argentina - Santa Madre Maravillas de Jesús

Día de la Virgen de Luján

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Heraldos en Argentina - Nuestra Señora de Luján

Este 8 de mayo se celebra el día de la Patrona de Argentina, la Virgen de Luján. A Ella le pedimos que cubra con su manto celeste y blanco, a todo el pueblo de Argentina y le conceda cada vez más una fervorosa devoción a Ella y a su Divino Hijo.

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Heraldos en Argentina - Catedral de Luján

Historia de la Virgen de Luján.

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.

La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.

Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.

De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de o Historia de la Virgen de Luján.

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.

La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.

Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.

De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de octubre de 1730, Luján era instituída parroquia.

Cuando murió don Rosendo, la señora Ana de Matos, propietaria de una estancia ubicada sobre la margen derecha del río Luján, obtuvo en 1674 que le cedieran la imagen, comprometiéndose a construirle una capilla digna.

Repetidas veces la Virgen de Luján –la “Patroncita Morena”– desaparecía del oratorio y volvía a la vivienda de don Rosendo, hasta que las autoridades eclesiásticas y civiles organizaron el traslado en forma oficial y con todos los honores que merecía NuestraSeñora, siendo autorizado oficialmente el culto público de la “Pura y Limpia Concepción del Río Luján”.

El Padre Salvaire presentó al Papa León XIII en 1886, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen- El Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887.

Historia de la Virgen de Luján.

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.

La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.

Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.

De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de o Historia de la Virgen de Luján.

A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.

La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.

Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.

De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de octubre de 1730, Luján era instituída parroquia.

Cuando murió don Rosendo, la señora Ana de Matos, propietaria de una estancia ubicada sobre la margen derecha del río Luján, obtuvo en 1674 que le cedieran la imagen, comprometiéndose a construirle una capilla digna.

Repetidas veces la Virgen de Luján –la “Patroncita Morena”– desaparecía del oratorio y volvía a la vivienda de don Rosendo, hasta que las autoridades eclesiásticas y civiles organizaron el traslado en forma oficial y con todos los honores que merecía NuestraSeñora, siendo autorizado oficialmente el culto público de la “Pura y Limpia Concepción del Río Luján”.

El Padre Salvaire presentó al Papa León XIII en 1886, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen- El Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887.

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