Heraldos en Argentina - Nuestra Señora de Luján
Este 8 de mayo se celebra el día de la Patrona de Argentina, la Virgen de Luján. A Ella le pedimos que cubra con su manto celeste y blanco, a todo el pueblo de Argentina y le conceda cada vez más una fervorosa devoción a Ella y a su Divino Hijo.
Heraldos en Argentina - Catedral de Luján
Historia de la Virgen de Luján.
A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.
Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.
Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.
La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.
Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.
De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de o Historia de la Virgen de Luján.
A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.
Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.
Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.
La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.
Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.
De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de octubre de 1730, Luján era instituída parroquia.
Cuando murió don Rosendo, la señora Ana de Matos, propietaria de una estancia ubicada sobre la margen derecha del río Luján, obtuvo en 1674 que le cedieran la imagen, comprometiéndose a construirle una capilla digna.
Repetidas veces la Virgen de Luján –la “Patroncita Morena”– desaparecía del oratorio y volvía a la vivienda de don Rosendo, hasta que las autoridades eclesiásticas y civiles organizaron el traslado en forma oficial y con todos los honores que merecía NuestraSeñora, siendo autorizado oficialmente el culto público de la “Pura y Limpia Concepción del Río Luján”.
El Padre Salvaire presentó al Papa León XIII en 1886, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen- El Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887.
Historia de la Virgen de Luján.
A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.
Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.
Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.
La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.
Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.
De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de o Historia de la Virgen de Luján.
A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se encuentra la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.
Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.
Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. Retiraron una imagen y la carreta marchó normalmente. En ese instante comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana.
La Virgencita fue dejada en la propiedad de la familia de don Rosendo de Oramas, donde permaneció en una ermita bajo los cuidados del negro Manuel, esclavo cuyo amor por la Virgen hizo que sus patrones lo destinaran al exclusivo cuidado de la imagen.
Como las personas empezaron a viajar al lugar, don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa. En este lugar permaneció la virgen desde 1630 hasta 1674.
De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. El 23 de octubre de 1730, Luján era instituída parroquia.
Cuando murió don Rosendo, la señora Ana de Matos, propietaria de una estancia ubicada sobre la margen derecha del río Luján, obtuvo en 1674 que le cedieran la imagen, comprometiéndose a construirle una capilla digna.
Repetidas veces la Virgen de Luján –la “Patroncita Morena”– desaparecía del oratorio y volvía a la vivienda de don Rosendo, hasta que las autoridades eclesiásticas y civiles organizaron el traslado en forma oficial y con todos los honores que merecía NuestraSeñora, siendo autorizado oficialmente el culto público de la “Pura y Limpia Concepción del Río Luján”.
El Padre Salvaire presentó al Papa León XIII en 1886, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen- El Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887.
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